viernes, 31 de octubre de 2014

URBANIDAD EN LAS PROFESIONES

Esta no es muy elevada, ni casi puede serlo, puesto que aquí para nada entra ni el deseo de agradar, ni la esperanza de lucro. Además, como no se trata más que algunos momentos con esta clase de personas y ellos tienen a su vez que hacer frente a todo el mundo, las fórmulas de una atención exagerada, estarían fuera de su lugar. Sus obligaciones en este particular no son muy rígidas, razón demás para que no se dispensen de ellas.
Un hombre de un bufete no está obligado a levantarse para saludar a las personas y ofrecerles un asiento; le basta con inclinar la cabeza e indicarles con la mano se sirvan tomar asiento. Concluída la entrevista debe saludar del mismo modo y jamás sale a acompañar a las personas. Sería ridiculo extrañar estas formas burocráticas y aún más, tratar de entablar conversación, de informarse de la salud, etc.

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