viernes, 31 de octubre de 2014

URBANIDAD EN LOS MÉDICOS Y LOS ENFERMOS 

Las conveniencias o consideraciones admitidas en el gabinete del abogado, lo son también en la casa del médico consultado; mas la piedad debe prestar a las palabras de estos últimos un tono más afectuoso. Los enfermos bien educados se guardan muy bien de abusar y omiten toda queja inútil para el conocimiento de sus males; responden a las preguntas del doctor de un modo breve, claro y atento, y aun cuando estas preguntas no comprendan las observaciones que ellos han hecho de su enfermedad, deben manifestar su opinión o dudas valiéndose de una fórmula análoga a la siguiente: "Yo os ruego me dispenséis, esta pregunta, quizá sea ociosa, pero ignorando esto y no queriendo omitir nada, someto esta duda a vuestra resolución".

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